Una gota que caía de una nube le dijo a la gota que tenía a su lado:
-¡Soy la gota más gorda de todo el cielo, soy la mejor!
-La verdad es que no estás nada mal -reconoció la segunda gota-, pero, en cuanto a la forma te llevo ventaja; o sea, que la mejor gota de todo el cielo soy yo.
-Este tema hay que aclararlo de una vez por todas -replicó la primera gota de lluvia, que se puso a pedirle a una tercera que decidiera entre las dos.
-¡Hay que ver qué tontadas están diciendo las dos! -exclamó esa tercera gota.-Tú eres muy grande y, sí, desde luego tú tienes una forma preciosa, pero, como todo el mundo sabe, lo que de verdad cuenta del agua es la pureza, y yo soy más pura que ustedes. O sea, que la mejor gota de todo el cielo soy yo.
Pero entonces, antes de que las otras gotas pudieran contestarle, las tres se estrellaron contra el suelo y se disolvieron en un charco de lodo.
-¡Soy la gota más gorda de todo el cielo, soy la mejor!
-La verdad es que no estás nada mal -reconoció la segunda gota-, pero, en cuanto a la forma te llevo ventaja; o sea, que la mejor gota de todo el cielo soy yo.
-Este tema hay que aclararlo de una vez por todas -replicó la primera gota de lluvia, que se puso a pedirle a una tercera que decidiera entre las dos.
-¡Hay que ver qué tontadas están diciendo las dos! -exclamó esa tercera gota.-Tú eres muy grande y, sí, desde luego tú tienes una forma preciosa, pero, como todo el mundo sabe, lo que de verdad cuenta del agua es la pureza, y yo soy más pura que ustedes. O sea, que la mejor gota de todo el cielo soy yo.
Pero entonces, antes de que las otras gotas pudieran contestarle, las tres se estrellaron contra el suelo y se disolvieron en un charco de lodo.
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